jueves, 10 de febrero de 2011

La jubilación a los 67 años, una de las mayores agresiones a nuestros derechos de la historia reciente

· CNT rechaza de manera contundente el preacuerdo alcanzado hoy entre el gobierno y CCOO y UGT.

· Los trabajadores tendrán que cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65, algo prácticamente imposible por la situación de temporalidad y precariedad actuales.

· La jubilación íntegra a los 67 requerirá haber cotizado 37 años y se computarán los últimos 25 años de vida laboral para calcular la pensión.


Finalmente se ha perpetrado lo que desde CNT veníamos advirtiendo: el gobierno ha pactado con los sindicatos oficiales el retraso de la jubilación a los 67 años, en lo que ya podemos considerar una de las mayores agresiones a nuestros derechos de la historia reciente. El beneficio obtenido por el binomio sindical no tardaremos mucho en conocerlo, pero no andaríamos muy descaminados si afirmamos que rondará los nuevos privilegios en el asunto de la negociación colectiva y un buen bocado de las “políticas activas de empleo” que se está pactando en paralelo.

A falta de conocer la redacción final, queda claro que los trabajadores tendrán que cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65, algo prácticamente imposible por la situación de temporalidad y precariedad actuales; que la jubilación íntegra a los 67 requerirá haber cotizado 37 años y se computarán los últimos 25 años de vida laboral para calcular la pensión.

Teniendo en cuenta la actual inestabilidad en la vida laboral, la incorporación tardía por un lado y la salida temprana del mercado laboral (parados larga duración) el hecho de hacer el cálculo de la pensión sobre los últimos 25 años cotizados supondrá una merma evidente en el importe mensual de la pensión de jubilación que quede. Unido esto, a la imposibilidad real de la incorporación de los jóvenes al mercado laboral con condiciones dignas de trabajo, y el hecho de que esta reforma no va acompañada de medidas activas en los distintos sistemas de protección social (educación, sanidad, servicios sociales, empleo) harán que un colectivo cada vez mayor de personas pasen a las bolsas de exclusión social. Unidades de convivencia cada vez más amplias porque los hijos no se independizan, con unos ingresos menores y con el IPC y subida de precios constante y paulatina harán de toda la clase trabajadora más pobre. Es decir estamos asistiendo al derrumbe del Estado de Bienestar Social, baluarte durante años de las “políticas de izquierdas”

Para que no se diga, nos envuelven el veneno con dos caramelitos: por un lado se afirma que el texto que apruebe el Ejecutivo deberá prestar especial atención a las mujeres para que se tengan en cuenta las lagunas en sus historias de cotización, especialmente los que sean por cuidado de familiar, así podrán sumar nueve meses por hijo a su cotización, con un tope de dos años; y por otro, se afirma que se prestará atención a los jóvenes para que puedan comenzar a cotizar a una edad más temprana, recomendando que se tengan en cuenta las becas como periodos cotizados. Algo que, a la vista de lo sucedido con promesas anteriores, puede fácilmente quedarse en un brindis al sol y que, de cualquier manera, no oculta la magnitud de la agresión contra nuestros derechos, ni podrá evitar que el peso de este recorte recaiga sobre jóvenes y mujeres trabajadoras .

Pero lo sucedido, mal que nos pese, no es algo nuevo, la dinámica de delegación, los privilegios, la institucionalización, la profesionalización y las subvenciones han llevado hace ya tiempo a CCOO y UGT, a caer en la claudicación y a convertirse en aparatos dependientes del propio estado y de las empresas donde están asentados. Desde nuestra organización llamamos pues, a romper definitivamente con el actual modelo sindical, que a lo largo de su historia sólo ha servido para ir recortando más nuestros derechos mientras la patronal, la banca y las grandes fortunas siguen engordando a nuestra costa.

CNT rechaza los falsos presupuestos, asumidos por todos los negociadores, desde los que se ha planteado esta reforma. Frente a ella defendemos una reforma urgente del sistema de pensiones para recortar la edad de jubilación, junto a la reducción de la jornada laboral como medida de lucha contra el paro, además de otra serie de medidas para favorecer el acceso de las mujeres al mercado laboral en condiciones de igualdad, y para acabar con la precariedad y el trabajo negro; aumentando las cotizaciones y los ingresos del sistema público de pensiones, y siempre desde una lógica anticapitalista y como resultado de la movilización de los trabajadores en un proceso de transformación radical de la sociedad.

Por ello CNT, pese al preacuerdo alcanzado hoy, no se resigna y va a continuar, con más ímpetu si cabe, la campaña de movilizaciones que pretende, en última instancia, ir confluyendo hacia una auténtica huelga general que revierta la correlación de fuerzas actual.

En ello está, tal y como ha demostrado esta jornada, con su participación en las huelgas generales que han tenido lugar en distintos territorios, así como en el resto de movilizaciones (cerca de un centenar) que en solitario o junto a otras organizaciones, se han llevado a cabo en todo el Estado.

27 de enero de 2011

Secretaría de Prensa y Comunicación.

lunes, 7 de febrero de 2011

La CNT salió a la calle el 27-E en todo el Estado

· La CNT rechazó con contundencia la avalancha de recortes sociales del Gobierno y se sumó a la Huelga General en aquellas Comunidades donde se había convocado.

· La organización movilizó a sus sindicatos en todos los puntos del país, haciendo patente su crítica y su protesta contra lo que considera uno de los mayores retrocesos sociales en nuestra historia reciente.


Tanto durante la jornada de ayer 27 de enero, como en los días previos, la Confederación Nacional del Trabajo salió a la calle en múltiples localidades con el objetivo de visibilizar su rechazo más tajante a los recortes sociales que durante los últimos tiempos viene aplicando el gobierno del PSOE.

Así, en aquellas Comunidades Autónomas donde se había convocado Huelga General (Galicia, Cataluña, Euskadi y Navarra), la CNT apoyó dichos movimientos de forma activa, participando en piquetes durante la mañana y convocando diversas manifestaciones por la tarde: en el caso de Galicia, la organización participó en la manifestación unitaria de Compostela, que sumó a más de 4000 personas. También se hizo lo propio en La Coruña, donde los sindicatos CIGA y CNT también habían convocado una manifestación. Por último, tanto en Ferrol como en Vigo hubo también actividad cenetista con motivo de la huelga, tanto en lo tocante a piquetes como en manifestaciones.

En Euskadi y Navarra, donde la CNT se había sumado a la huelga general convocada por la mayoría sindical vasca, fue amplia e intensa la actuación de los piquetes informativos de nuestra organización que se distribuyeron por las diferentes localidades vascas. En la zona de Vizcaya se concentraron principalmente en el cinturón industrial de Durango. Bilbao aglutinó gran parte de los esfuerzos de los sindicatos de la zona, pasando por varios puntos emblemáticos junto a los sindicatos LAB y ELA. También la CNT Guipúzcoa, junto a la de Navarra se han juntado para actos y piquetes por su zona, y al igual que CNT- Vitoria/ Gazteiz, realizaron multitudinarias manifestaciones unitarias en las diferentes capitales de provincia.

En el caso de Cataluña, donde también se había llamado a la Huelga General y donde esta organización convocó una jornada de lucha, la incidencia pasó por la realización de piquetes por la mañana y la convocatoria de una manifestación en solitario por la tarde, convocatoria que había realizado la CNT catalana en su conjunto y que discurrió por las calles de Barcelona, llegando a sumar a miles de personas.

Asimismo, la CNT salió a la calle en otras ciudades, puesto que pese a que la convocatoria de huelga no era extensiva a todo el país, esta central sindical sí entiende que la movilización debe producirse en todas partes por igual debido a la gravedad de los recortes que se están aplicando. De esta manera, en Madrid, Valladolid, Málaga, Córdoba, Valencia, Logroño, Segovia o Tenerife se participó en manifestaciones convocadas por aquellas organizaciones que coinciden en el rechazo a las medidas del gobierno, o bien se convocó en solitario.

También en días previos, en otras localidades como Teruel, Gijón, Zaragoza, Toledo o Ciudad Real, había realizado ya la CNT actos públicos de protesta contra lo que se considera una actitud claramente antisocial y entregada a intereses empresariales por parte del PSOE y los sindicatos CCOO y UGT, que a la postre alcanzaron en el día de ayer un preacuerdo con el

Gobierno en materia de pensiones, fuertemente criticado por la CNT, para quien no cabe plantear retraso alguno en la edad de jubilación ni aumento del mínimo de años cotizados, al llevar la Seguridad Social más de treinta años seguidos en superávit, situación que se mantiene a día de hoy.

Por último, desde la CNT se destaca también que el calendario de movilizaciones diseñado por la organización sindical sigue incluyendo actos para los próximos días, de momento hasta el mes de febrero, aunque la intención de la central es continuar más allá de dicha fecha, de forma que es previsible que vayan surgiendo todavía más convocatorias, especialmente tras el preacuerdo alcanzado ayer 27 entre el Gobierno, UGT y CCOO.

28 de enero de 2011

Secretaría de Prensa y Comunicación.

El falso debate sobre la crisis del sistema de pensiones

En los últimos tiempos asistimos a un debate sobre la necesidad de reformar el sistema de pensiones con el cual se está empleando un lenguaje deliberadamente alarmista (drásticos descensos del superávit, desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social, etc), algo que hemos venido viendo durante todo el año 2010, primero referido al balance de 2009 y después, al finalizar noviembre, también al de 2010. Lo que por contra nadie ha explicado, es que en el año 1999 no había ningún fondo en el que guardar y rentabilizar el superávit de la Seguridad Social, que se iba según venía, y sin embargo a la clase política y empresarial entonces le parecía bien el sistema de pensiones. También a mediados de la década que acaba de terminar, en plena "época de vacas gordas", se registraban unos superávits similares a los de ahora, e, igualmente, en aquel momento les parecía bien a políticos y empresarios el sistema de pensiones vigente.

El Gobierno habla ahora de la necesidad de cambiar el modelo productivo y lo esgrime como argumento para cada paso antisocial que da, y sin embargo ha rebajado en los Presupuestos Generales del Estado de este año la inversión en I+D, área de inversión que permitiría modernizar el modelo productivo español sin necesidad de salirse siquiera de la lógica capitalista, porque detrás de todo esto no hay más que demagogia orientada hacia la manutención de los privilegios de siempre, recortando también por donde siempre: entre los trabajadores, en activo o en paro, y en general entre los más desfavorecidos. Prueba de ello es que entre tanto, se han aprobado una serie de nuevos beneficios fiscales para las empresas, que para 2011 le costarán a las arcas públicas 230 millones de euros, se ha acordado eliminar la ayuda de 426 euros a parados sin prestación ni subsidio, se ha aprobado una subida del IRPF y otra del IVA, impuestos ambos que afectan muy directamente al conjunto de los trabajadores... todo ello sin olvidar la Reforma Laboral más agresiva para los trabajadores en toda la historia reciente de este país, en la cual se daña muy seriamente la negociación colectiva, se abaratan los despidos y se fomenta el trabajo a jornada parcial con la precariedad salarial que eso acarreará.

Y ahora toca cargarse también el sistema de pensiones, tal vez porque España es uno de los países donde menos negocio hace la banca con los planes de pensiones privados, y siguiendo la política que impera ahora que hay crisis, debe aprovecharse esta excusa de oro para hacer que el dinero público pase a ser privado como sea. Tal vez, porque a cuenta de la crisis, que los Estados han convertido en carta blanca, estamos asistiendo a la liquidación de los pocos derechos y cobertura social que teníamos los trabajadores, en lo que es uno de los peores procesos de liberalización de la economía vistos aquí y en el resto de Europa.

Con ese fin se nos dice que el actual sistema de pensiones es insostenible. Conviene, por tanto, aclarar algunos aspectos:

1. Durante las últimas tres décadas las arcas de la Seguridad Social no han dejado jamás de estar en superávit. Dicho de otra forma, durante los últimos treinta años el montante total reportado en concepto de cuotas que pagamos a la Seguridad Social ha sido superior al gasto total efectuado en pensiones, subsidios y prestaciones de toda clase. Aunque es cierto que la magnitud de dicho superávit tiende a la reducción, estamos a día de hoy en niveles parecidos a los de los años 2004-2006, en los que tan bien nos prometían que nos iba a ir. Concretamente en 2010 el superávit fue de 11.100 millones de euros.

A raíz de lo prolongado de este superávit, el Gobierno creó en el año 2000 el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, en el cual se ha ido "guardando" una parte de ese superávit. En el año de su creación el Fondo tenía 604 millones de euros; en 2009 alcanzó los 60.022 millones de euros.

Según el informe anual más reciente (2009) de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, el peso del Fondo de Pensiones español sobre la economía del país se sitúa en un 8,1% del PIB, una de las tasas más bajas de entre los estados que figuran en el muestreo, que incluye mayoritariamente países ricos. De hecho, la media ponderada resultante de todas las tasas del muestreo da un 67,1% del PIB frente al, repetimos: 8,1 de España.

2. Conviene recordar que la reforma laboral (35/2010 de 17 de septiembre) incrementará la intermitencia de las cotizaciones para la pensión, al incrementar la temporalidad y las trayectorias laborales discontinuas (empleo temporal - paro - empleo fijo - ERE – paro – empleo temporal – paro - etc).

Asimismo la tendencia de la temporalidad pasará de ser un"efecto edad", (los temporales son jóvenes y llegados a cierta edad tienden a tener contratos fijos, estadísticamente hablando) a ser un "efecto generación" extendiendo la temporalidad a cualquier edad y sector económico fruto de las desregulaciones en el mercado de trabajo, sobretodo las recientes. Lo que provocará que la pensión resultante en el momento de la jubilación sea de miseria.

3. Tanto aumentar la edad de jubilación como incrementar los años para calcular la pensión suponen un claro ataque a los derechos conseguidos por los trabajadores a lo largo de sus luchas: la primera opción supondría dos años menos de pensiones trabajando dos años más (o lo que es lo mismo: una pérdida de cuatro años); la segunda provocará que se incluyan muchos tramos de las trayectorias laborales discontinuas rebajando la pensión ultima.

4. Con la reforma buscan pues, dos objetivos: a) recortar el "salario diferido", es decir la parte de salarios pagada por cotizaciones y que es devuelta a la jubilación y b) forzar la situación para promover la privatización de las mismas (independientemente que se incentiven por otras vías las privadas). En la medida que la clase trabajadora vea que la pensión pública que le queda es muy baja, se planteará hacerse planes de pensiones privados. Es por esa vía lenta por la que el capital financiero puede hincar el diente a una masa importantísima de capital que estaba "fuera de mercado" en manos de la Seguridad Social y el Estado. Por otro lado, no nos olvidemos que las pensiones privadas siguen siendo objeto de importantes desgravaciones fiscales desde hace muchos años, y estas desgravaciones nunca se tocan.

Nuestras alternativas:

Aun desmontando bastantes de los tópicos que intentan vendernos con el fin de reformar el sistema de pensiones a su gusto, podemos estimar que si dejamos el sistema actual intacto, la pensión media se desplomará, debido precisamente a la situación del mercado laboral (temporalidad y precariedad que son incluso previas a la reforma laboral) por lo tanto es es cierto que habría que hacer ciertos cambios en el sistema, pero desde luego NO en base a las catastróficas predicciones en las que se basan todas las propuestas de reforma interesadas:

Si llega a haber problemas de financiación, dichos problemas se podrán financiar también con impuestos como en otros países. Impuestos al capital financiero de entrada, pero también eliminar los topes de cotización para las rentas más altas (lo que redundaría en una redistribución más justa de la renta) y abolir las desgravaciones por sistemas privados de pensiones: quien quiera pensiones privadas, que las pague de su bolsillo, que encima, como la crisis ha puesto de manifiesto, son más inseguras que las públicas.

Además, desde el punto de vista de los ingresos -que en el debate de las pensiones se deja siempre de lado, intocable- se debe fomentar la incorporación de la mujer al mercado de trabajo: con una tasa de empleo femenino similar a la de otros países europeos, el número de cotizantes aumentaría lo suficiente como para atenuar la presión demográfica en buena medida; ese fomento del empleo femenino se puede hacer vía gasto social, con redes de escuelas infantiles y bajas de maternidad/paternidad mejores. Esto no sólo sería mejor en términos de igualdad de género sino que aumentaría el empleo y con él el número de cotizantes. Pero además estimularía la natalidad, poniendo las bases para atenuar en un futuro más lejano nuevas presiones demográficas

Por otro lado, existe la necesidad de aumentar la productividad del sistema: con más productividad, mayor excedente, que con la fortaleza obrera suficiente, podría ir destinado a pensiones u otro gasto social. Ese aumento de la productividad puede incentivarse aumentando salarios para que las empresas inviertan en capitalizar la economía, y fomentando un cambio de modelo productivo alejado de sectores de productividad mediocre como la construcción y el turismo.

Para finalizar, entendemos que no se trata sólo de que no nos toquen la edad de jubilación, ya bastante alta, ni de que nos aumenten los años de cotización sino que, además de las medidas a corto-medio plazo que hemos citado, la clase trabajadora debe, en paralelo, establecer una crítica radical al sistema capitalista que nos está colocando a los pies de los sacrosantos mercados con el beneplácito del gobierno de turno. Los trabajadores y trabajadoras debemos seguir la senda de la movilización y la lucha esbozadas el 29-S, que en no pocos lugares y sectores sobrepasó a los tibios sindicatos oficiales en sus movilizaciones para, en definitiva, ir sentando las bases de un profundo cambio de sistema por otro más justo e igualitario, un sistema para las personas y no el dinero.

Pongámonos pues a ello.